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Perspectivas de futuro del turismo en Ribadesella

Conclusiones de un extenso trabajo, que estudia los recursos existentes en el concejo de Ribadesella y trata de planificar su futuro desarrollo turístico. Es un estudio realizado para la asignatura «Planificación y políticas de fomento del medio rural» de la especialidad de Turismo Rural que se imparte en la Escuela de Turismo de Asturias.

La demanda turística en Asturias durante el pasado 2.001, aumentó un 4%, superando los cuatro millones de visitantes. En Ribadesella, el crecimiento es espectacular, con un leve retroceso en la presente temporada, tal y como se puede apreciar por las estadísticas de la Oficina de Turismo; por ello, teniendo en cuenta el importante desarrollo turístico del concejo, sería conveniente definir una serie de términos básicos para analizarlo.

En primer lugar y partiendo de la base que el desarrollo turístico en el medio rural sólo puede ser considerado como un «buen negocio» para las comunidades locales si se plantea bajo criterios de sostenibilidad, debemos definir en principio el significado del término «desarrollo sostenible»: como el desarrollo que no compromete el futuro del medio en el que se produce.

Un desarrollo sostenible, se debe fijar en los siguientes parámetros:

1 Por un lado deberíamos entender el significado de las contribuciones que el turismo hace a la economía y al medio ambiente y concienciar a la población al respecto.

2 En segundo lugar mejorar la calidad de vida de la comunidad anfitriona.

3 En tercer lugar, promover el desarrollo del patrimonio cultural y natural, protegiendo el medio ambiente para evitar su deterioro.

4 Por último, lograr y mantener un producto turístico competitivo que no afecte al medio natural y al equilibrio biológico y cultural del destino.

Para conseguir estos objetivos, es imprescindible una adecuada planificación turística, pues la falta de ésta provoca una serie de consecuencias que se pueden apreciar claramente en el caso de nuestro concejo:

1 Masificación en determinadas épocas, y con ello no me refiero a la temporada alta, sino a la temible semana de las Piraguas (acampada libre cada año más extendida en tiempo y lugares, etc).

2 Elevado volumen de edificación en algunas zonas.

3 Cierta pérdida de identidad de la población local, que se debe en primer lugar al «efecto imitación» que acarrea de por sí el fenómeno turístico y además al aumento en la adquisición de propiedades por foráneos.

4 En cuanto a la oferta, está claramente sobredimensionada en lo que se refiere a empresas de turismo activo, que soportan una estacionalidad mucho más fuerte que el resto de los establecimientos turísticos. En el caso de los establecimientos hoteleros, mantienen una calidad bastante aceptable con la excepción de algunos a los que debería de revisarse su categoría y los que al mantenerse fuera de la legalidad, no se consideran establecimientos turísticos, pero el visitante no es capaz de diferenciarlos.

5 Pero sin duda, los mayores problemas a los que se enfrenta el municipio cada año en temporada estival, son los problemas para afrontar los gastos municipales derivados de la necesidad de dar servicio a un número mucho más elevado de habitantes; en este capítulo, deberíamos incluir:

-Necesidades de contratación de personal diverso, desde refuerzos en la Oficina de Turismo, Policía Municipal, refuerzos en el servicio de limpieza, etc.
-Problemas por el aumento de residuos sólidos urbanos, saneamiento, limpieza de playas y traídas de agua, que ponen al descubierto la necesidad urgente de una depuradora de aguas residuales y una mejora en el servicio de recogida de basuras.

Este último punto, ya está contemplado en un plan de choque redactado por los técnicos del Ayuntamiento que se ejecutó esta última temporada.
ü Otro acuciante problema que debe abordarse desde el Ayuntamiento es el del estacionamiento, que año tras año aparece como una de las principales quejas en las encuestas a los turistas.

Sin control y sin racionalización en el uso de los recursos, el turismo puede acabar destruyendo al turismo. Por todo ello sería aconsejable la redacción por parte de las autoridades competentes de la AGENDA 21 local, con el objeto de promover un desarrollo turístico perfectamente adaptado al medio ambiente, con la implicación de todos los actores interesados: población local, empresarios, políticos y autoridades locales, etc. Como sabemos, dentro de la AGENDA 21, se analiza el desarrollo sostenible bajo tres ópticas: la medioambiental, la social y la económica.

En este sentido también es importante tener en cuenta, dentro de la planificación, las siguientes ideas:

1Seleccionar segmentos de mercado en relación con el potencial de la zona.
2 Promocionar una imagen que dote de identidad a la oferta en su conjunto- IMAGEN CORPORATIVA-, objetivo éste en vías de conseguirse, sobre todo si se pone en marcha el proyecto de Patronato de Turismo que incluiría tanto a las autoridades municipales como a empresarios del sector, a través de las distintas asociaciones que los representan.
3 Educar a los turistas para que adopten un comportamiento adecuado, a través de campañas de información y acciones específicas, por ejemplo: aumento de contenedores de basura en época estival y otras actuaciones puntuales que podrían seguir el ejemplo de la campaña británica «LEAVE NO TRACE» (no deje rastro), para que los visitantes respeten el paisaje y la vida local.

Con todo lo anteriormente mencionado, llegamos en segundo lugar al controvertido concepto de «capacidad de carga», que podría definirse como punto de vista que intenta aclarar cuantos turistas queremos y podemos absorber, frente a cuantos podemos atraer. Este es un concepto del que se habla mucho pero que en realidad es muy poco aplicado por dos motivos:

1 La dificultad que entraña predecir los impactos.
2 La oposición desde distintos sectores a imponer límites al crecimiento.

Sin embargo, debemos de ser conscientes de nuestras limitaciones y en nuestro caso, deberíamos preguntarnos:

¿Tenemos unos servicios sanitarios capaces de absorber la cantidad de demandantes que genera la temporada turística?
¿Existen suficientes infraestructuras viarias?
¿Tenemos los estacionamientos de vehículos necesarios?
¿Hay una oferta de calidad?
¿Están suficientemente equipadas las playas?
En el caso de poder superar todas las limitaciones ¿qué consecuencias traería para nuestro entorno?

Por todo lo anteriormente expuesto, según mi opinión, debería definirse un modelo de desarrollo turístico con unos objetivos de crecimiento moderado, aprendiendo de la experiencia negativa de la presente temporada en comunidades afianzadas turísticamente como la balear y controlando las posibles desviaciones, para ofrecer un producto competitivo y de calidad.

El desarrollo turístico de Ribadesella, debe consolidarse por tanto, a través de la puesta en valor de todos sus atractivos turísticos; ya están prácticamente consolidados nuestros valores en cuanto a espacios naturales: el conocimiento de nuestro paisaje, playas, etc, así como algún recurso cultural como Tito Bustillo, pero, a la vez deberíamos poner en valor recursos menos conocidos y sin duda atrayentes, en el área de la naturaleza: los acantilados, la Cuevona de Cuevas, las rutas pedestres o los bufones, y en el ámbito cultural se deberían potenciar: la arquitectura de Indianos y la popular, las obras de los artistas locales, con especial referencia a las pinturas de la Iglesia de Santa María Magdalena así como la rica Historia local.

Este objetivo de puesta en valor de recursos, no debe olvidar la importancia de la oferta de las empresas turísticas: las instalaciones y servicios deben de ser constantemente modernizadas, teniendo como objetivo la búsqueda permanente de la calidad, certificada a nivel regional con las marcas propias: Mesas de Asturias y Casonas asturianas sin renunciar a los sistemas de calidad normalizados: ISO y Q.

Por estos motivos, dentro del trabajo, he propuesto varios proyectos que intentan potenciar algunos de estos valores que, sin duda, contribuirían a diversificar la oferta local, así como a atraer un turismo de proximidad y de calidad, que ampliaría la temporada turística sobre todo en fines de semana de todo el año (Museo de la Navegación, Intercambiador de Transportes y parking disuasorio, o un Centro de Prehistoria.

Propongo además, abundando en esta intención de romper la tradicional estacionalidad, la construcción de un pequeño Palacio De Congresos con una capacidad e instalaciones para un máximo de 100 congresistas, con el fin de atraer eventos de tipo medio que aportan un turismo que huye de la temporada alta, deja unos ingresos bastante importantes en todas las empresas de la población donde se celebra y busca además unos atractivos culturales y naturales con los que ya contamos.

Ribadesella cuenta en definitiva, con una realidad turística de gran valor, pero sobre todo, con capacidades de futuro muy importantes, ya que se trata de un destino turístico construido sobre las tendencias de ocio más importantes de finales del siglo XX: el medio ambiente, el patrimonio cultural, la gastronomía, la vuelta a los orígenes…diferentes de los referentes de sol y playa que configuraban las prioridades de los turistas años atrás y si a todo ello unimos una adecuada planificación, la consolidación de Ribadesella como destino turístico de primer orden sería un hecho.

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