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De Ribadesella a Berbes por el Camino de Santiago

Buscando alguna novedad, un buen día decidí recorrer el Camino de Santiago en su tramo occidental, desde Ribadesella hasta Berbes, ida y vuelta. Y como el que busca encuentra, alguna pude hallar, pues, junto a la presencia de un creciente número de tipos y personas que lo recorren, también se dejan ver los reclamos al peregrino para su hospedaje colocados en algún árbol, además de otros como “Tienda market. Coffee”, o “Bar a 25 m, café, zumos, drinks, bocadillos, tortillas, platos combinados” que señalan el comienzo de la comercialización del Camino en la zona rural. Y junto a esto, lo invariable, el paso por el florido San Pedro, o la belleza y el silencio del tramo que discurre por El Calerón, toda una gozada.

El firme antiguo, que milagrosamente se conserva en algunas zonas, se debería restaurar. Nunca sustituir.


Vega merece un capítulo aparte, por su bien acondicionada calle principal, por sus hórreos, por sus trampantojos… El caminante se topa en el barrio de La Sertal con el albergue de peregrinos Tu Casa, que lleva la suiza, Marina Ferrari -curiosamente, los tres albergues privados que han abierto sus puertas al peregrino en Ribadesella, dos en Cuerres y uno en Vega, están regentados por extranjeros-. Llama la atención el que Marina haya tenido que poner en la puerta, junto a una campana bien visible, un cartel que dice: “Para llamar, campana. Ding, dong”. Estoy seguro que algunos seguirán utilizando los nudillos.

La portilla de Europa


Pues bien, una vez cruzado el río Acebo es entrar en otro mundo. Un mundo de suciedad, de malos olores, de excrementos al lado del Camino, de furgonetas de mediados del siglo pasado acampando en cualquier prau, de alguno mostrando el culo sin pudor… Hasta di con el camión de la basura, que en pleno agosto no desprendía precisamente perfumes a su paso. Recordé que hace algún tiempo había una cadena que impedía el paso por el puente, salvo a los vecinos que tenían propiedades al otro lado ¿qué habrá sido de ella?
Con mis divagaciones continué mi camino lo más rápidamente que pude para huir de aquel abandonado paraje, que parece que es Espacio Protegido, aunque no se sepa muy bien de quien y menos por quien.
El Camino jacobeo hasta Berbes se encuentra en un estado lamentable. Y ya no es solo por el firme, que milagrosamente aún conserva en algunas zonas el antiguo empedrado y que se debería reparar, evitando, eso sí, su sustitución, como se hizo en La Caleyona. Es que también hay un tramo por el que apenas puede pasar una persona debido a la lujuriosa fronda que crece a uno y otro lado de la senda. Pero lo más llamativo es que, al poco, uno se da de bruces con una portilla ¡ojo! en pleno Camino de Santiago que es Patrimonio Mundial. Eso sí, un cartel dice: “Cierren, gracias”.

¿Por dónde se pasa?


Tras pasar con dificultad por un lodazal que debe estar ahí desde el Pleistoceno, el caminante se encuentra con la segunda portilla que cierra el Camino y con similar cartel. La senda, ahora sin vida, convertida en un pedregal, se ensancha hasta llegar a los caminos de Berbes.
Debo decir que, molesto por lo que iba encontrando a mi paso, no me quedó tiempo para recrearme con las inmejorables vistas que se pueden observar por donde pasaba. Aunque esto no debería afectarme demasiado; hace más de veinte años que todo sigue igual.

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