TOP

La Cuevina de Tito Bustillo

Introducción: El descubrimiento

En el mes de diciembre de 2003 y en la última campaña de campo realizada para el desarrollo de Convenio de Investigación suscrito entre la Universidad de Cantabria y la Consejería de Cultura del Principado de Asturias para llevar a cabo el Estudio geológico del entorno de las cuevas de Tito Bustillo y La Cuevona, se evidenció la presencia de una importante fractura en la zona de La Gorgocera, coincidente con la pared rocosa externa de la Cueva de Tito Bustillo en su salida hacia el valle ciego del Río San Miguel.

En enero de 2004, durante los estudios geológicos realizados para la determinación de las características de estabilidad de la cueva de Tito Bustillo y la elaboración del Mapa de Riesgo Geológico, se descubre la presencia de una oquedad subvertical, separada de la pared Tito Bustillo mediante una estructura de fractura de ámbito regional, a la que se denomina como la Falla de La Gorgocera.

En una primera inspección de la oquedad, el espeleólogo Julio Sarasola, desciende hasta el fondo de la sima, de unos 10 metros de profundidad, y constata la existencia de una sala de regulares dimensiones. El descenso se realiza a través de un pasillo estrecho y muy pendiente, coincidente con una diaclasa modelada por un desarrollo cárstico de tipo carst de fisuras, para acabar con una caída vertical en voladizo a la mencionada sala.

Finalmente, el domingo uno de fe­brero de 2004, el equipo que suscribe estas notas, desciende por la pequeña sima hasta el fondo de la cueva y sale por la hubo de ser la entrada a la cavi­dad. Se había descubierto una nueva cueva.

Nudo: La investigación

La comprobación de la hipótesis previa de comunicación y acceso entre La Cuevina y Tito Bustillo, llevó a la realización de estudios geológicos de detalle que han permitido comprobar la identidad de formas y depósitos de La Cuevina y los de la Cámara del Coxu en Tito Bustillo.

Por otra parte, la disposición relativa de La Cuevina respecto Tito Bustillo, conforme con las medidas topográficas llevadas a cabo en la Gorgocera y en el interior de la propia Cuevina, llevan a concluir que el contacto entre las dos cavidades separadas por la Falla de La Gorgocera, era Alateral. La Falla produce un derrumbe parcial hacia adentro del refugio interno de la Cámara del Coxu y posteriormente, las coladas del fondo y del túnel artificial, colmatan su propia entrada. En la misma linea, las características litológicas y marcas estructurales del fragmentos del derrumbe de la Cámara del Coxu, son idénticas a las de los depósitos existentes en el fondo de La Cuevina, zona más cercana a Tito Bustillo.

Como continuación de las investigaciones, se lleva a cabo una campaña de estudios geofísicos, tomografía eléctrica resistiva, mediante dos dispositivos, uno exterior a lo largo de la zona de influencia de la Falla de La Gorgocera y sobre la zona profunda de La Cuevina, y otro interno, en la parte más superficial de la Cámara del Coxu. El resultado confirmó claramente, la introducción de La Cuevina hacia la Cámara del Coxu y bajo la Falla de La Gorgocera y el derrumbe interior.

Finalmente, los resultados de los análisis mineralógicos mediante Difracción de Rayos X y Químicos, realizados sobre muestras de las coladas que colmatan la comunicación entre las cavidades, han confirmado, así mismo, la estrecha relación entre las cuevas.

Desenlace: ¿Cómo y cuándo ocurrió?

Independientemente de los resultados obtenidos en la investigación y descritos en el nudo de estas breves notas, la interpretación de que la Cuevina fue el refugio exterior, o vestíbulo, que daba acceso la que es hoy Tito Bustillo, se apoya, y corrobora, las dos características comunes en este tipo de cavidades:

a) La entrada a la cavidad tiene orientación Sur- Sur Oeste, como ocurre con la mayoría de las cuevas prehistóricas que jalonan la cornisa cantábrica.

b)Tal como se puede apreciar en las Figura 3, la entrada tiene el techo en bóveda, lo que le da una gran estabilidad. La retirada de los rellenos que, procedentes del exterior, actualmente ocupan la entrada, y la eliminación de la colada que tapiza el suelo de la cavidad, daría lugar a una entrada en bóveda de unos siete a ocho metros de amplitud, al menos tres metros de altura y más de quince metros de profundidad hacia Tito Bustillo.

Los ocupantes de La Cuevina, entraban erguidos en su refugio.

Finalmente, se llevó a cabo la datación de los acontecimientos geológicos que dieron lugar a la actual separación y consiguiente colmatación de la comunicación entre ambas cavidades.

Los reajustes posteriores a los grandes periodos glaciares que culminaron hace unos 9.000 años, traducidos en actividad sísmica, en terremotos de mayor o menor entidad, durante un largo periodo después de la glaciación, hubieron de producir la reactivación de las principales fracturas que, desde tiempos geológicos antiguos, afectan al macizo de Ardines. La Falla de la Gorgocera, no iba a ser menos, de tal manera que como consecuencia de esta actividad sísmica la gran fractura se reactiva, rompiendo la entrada original de Tito Bustillo y separando e individualizando a la que iba a ser la Cuevina. Las investigaciones realizadas indican que el acontecimiento se produjo entre el 4.970 BP y el 3.900 BP, es decir, a caballo entre el final del Neolítico y el Calcolítico.

La que fuera la antesala magdaleniense del gran refugio de habitación que fue, en su momento, la Cámara del Coxu de la Cueva de Tito Bustillo, fue presentada en sociedad en la Consejería de Cultura del Principado de Asturias el miércoles 9 de junio de 2004. En el Informe que el Grupo de Ceología Aplicada presentó a la Consejería de Cultura, se propuso que la nueva cavidad fuera denominada como la Cuevina de Tito Bustillo.

Agradecimiento

El Grupo de Geología Aplicada que suscribe estas notas, quiere agradecer a la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, en las personas de Ignacio Alonso, Alfonso Millara y los guías y personal de la Cueva de Tito Bustillo, a Rodrigo de Balbín y a Pilarín y Miguel A. González Pereda, la colaboración y amistad que nos han brindado en los años que llevamos trabajando en las cuevas del Macizo de Ardines.

Y a la Asociación de Amigos de Ribadesella, la oportunidad de manifestarlo.

Alberto Foyo es Pongueto, Dr. en Geolo­
gía por la Universidad de Oviedo, Catedrático de Ingeniería del Terreno de la Univer­sidad de Cantabria, Jefe del Grupo de Investigación de Geología Aplicada dellllPC, y Director de las Investigaciones.
Carmen Tomillo es Pixueta, Dra. en Ge­ología por la Universidad de Oviedo, Profesora Titular de Ingeniería del terreno de la Universidad de Cantabria. Miembro del IIIPC
Miguel A. Sánchez es Madrileño, Dr. en Geología por la Universidad de Cantabria, Prof. Asociado de Ingeniería del terreno. Miembro del lllPC
Julio Sarasola es de Villaviciosa, Técnico en Informática en el Ayto. de Oviedo. Espeleólogo

Deja un comentario