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Eduardo. El gaiteru de Sardéu

El Sábado Santo me acerqué hasta la aldea de Sardéu, lugar de nuestro concejo compuesto por una serie de casas desperdigadas al pie de la Peña Pagadín. Aquí la orografía es irregular, formando los praos unas pendientes bastante pronunciadas lo que hace que el trabajo del campo sea especialmente dificultoso.

Después de dar con el camino, tras preguntar en tres ocasiones por Eduardo el gaiteru, llegué a mi destino. Salió a recibirme de la casa de piedra en la que vive y donde nació allá por el año 1927 ( tiene 73 años en la actualidad).

Me había presentado sin avisar y, por lo que me comentó, saqué la conclusión de que debía de tener planificada para aquella tarde una visita a algún vecino pero de inmediato la dejó para otro día poniéndose a mi entera disposición; le sabía mal que hubiese venido desde tan lejos a verle y tuviera que dar la vuelta; al vecino ya le vería otro día. Le expliqué el motivo de mi visita, con lo que iniciamos una agradable conversación en la que me fue contando resumidamente su vida a la vez que caminábamos por los alrededores, verdes, llenos de sol.

Eduardo Manuel Martínez Ballesteros, es el menor de cuatro hermanos varones y desde siempre vivió en Sardéu. Estudió en la escuela de Moru hasta los 14 años a la que también iban los críos de Tezangos y Nocéu.

-¿Siempre te dedicaste a trabajar el campo con vaques y todo eso?
-Sí, ya habrá más de veinticinco años que les vendí todes pues a mí nunca me gustaron les vaques ni el trabaju del campu, lo odié toda la vida pero claro, marcharon todos y quedé con dos enfermos: mi madre y mi hermano Avelino. Mi hermanu el mayor (Pepe, ya fallecido) se casó y no quiso quedar. El segundu marchó a los 18 años para los Estados Unidos. Como verás no me quedó más remediu.

En nuestro paseo pasamos por la Arquera, una casa remodelada por una señora de Oviedo, conocida periodista. Al final llegamos hasta otra casa rehabilitada propiedad de una hija de Eduardo que vive en Barcelona desde hace años. Casada y con dos hijos, suele venir todos los años a pasar el mes de agosto. Allí tenía la gaita. Después de enseñarnos la casa en un gesto de inequívoca hospitalidad, cogió la bolsa y comenzó a ensamblar cuidadosamente sus diferentes partes .

-¿Cuándo empezaste a tocar la gaita?
-A mí la gaita no era lo que más me gustaba, lo que más me gustó siempre fue el violín. A los 11 años quise estudiar música pero la familia no me dejó, así que entonces a los 16 años empecé con la gaita ya que no hacía falta saber música

-¿Quién te enseñó a tocar?
-El padre de Remis Ovalle (durante años el Gaitero Mayor de Asturias), José Remis; todos lo conocían por Capilla. Esi venía aquí a tocar todos los años por San Juan a la fiesta del pueblu Buen maestro ¿eh?Hombre!

-¿Conocías mucho a Remis Ovalle?
-Si oh, cómo no lu iba a conocer; pero a mí prestábame más el padre. Yo iba desde aquí en bicicleta dos o tres veces por semana a Margolles a aprender y otres veces iba por aquí arriba, por donde esti monte, por donde eses cotolles monte a través, iba andando a Sinariega, cogía la peña la forcada y después a Covalles.

-¿A qué años tuviste la primera gaita propia?
– A los 16 años tuve mi primera gaita.

-¿Y la compraste tú o te la regalaron?
-No, la compré yo. Me costó veinticinco duros; la segunda doscientas pesetas.

-¿Cuánto te costó la gaita que tienes en la actualidad?
– Es de ébano y me costó 50.000 pesetas aunque ya me ofrecieron 20.000 duros por ella a los pocos días.

– Cuánto sueles practicar?
-Cada día la cojo una hora o dos, aunque meto algún día por el mediu sin cogela. En estos últimos días no la cogí y seguru que estaré agarrotáu al principiu.

-¿Acudiste alguna vez a concursos o a actuaciones?
-A veces a algún festival y a alguna boda . En el año 70 participé en el concurso para Gaitero Mayor de Asturias; yo no quería ir porque yo eso de los periodistas y todo eso no me apetecía; fui porque se pusieron pesaos y me convencieron, pero realmente no me gustaba ir. Quedé el segundu. Publicóse en el periódico una caricatura de Remis y mía, e de risa : él en grande y yo juntu a él, en pequeñín, llegábai por la rodilla. Debajo de Remis decía: «Gaitero Mayor de Asturias», y debajo de mi: «Eduardo de Sardéu, el mejor gaitero, el pequeñu». Tengo por ahí el recorte, a ver si te lu busco.

Me comenta que en agosto le entregarán en Gijón el Urogallo de bronce del Centro Asturiano de Madrid.

-¿Remis Ovalle era muy buenu tocando la gaita?
-¡Ome sí! pa mi fue el mejor, y el padre casi hasta mejor. En coses gústami más el padre casi más que el hiju, el hiju tien mejor floreo pero el padre toca muy pausáu y marca muy bien, toca muy bien… ; bueno, tocaba ya que los dos ya son fallecidos.

-¿ Conoces a Hevia?
-Sí, por la televisión. Toca bien aunque la gaita esa electrónica no la quiero ni en pintura ni en fotografía. Me alegra la afición que hay por la gaita pero a mí gústame lo antiguu.

-¿Conoces a la Banda de Gaites de Ribadesella?
– No la oí nunca.

-Los gaiteros estos de ahora ¿vinieron a oírte tocar alguna vez?
– Sí, ya vinieron dos una vez y otra, otros dos.

– Tengo entendido que hace años llegaste a grabar un disco.
– Sí, grabé discos con Manolo Ponteo de San Caudio y con Josefina Argüelles. Debe haber todavía algunu por casa.

-¿Cuál es la pieza de gaita que más te gusta?
– Cuántu más difícil mejor. Me gusta la jota Asturiana , el Xiringüelu , la Muñeira asturiana, y el floreo de gaita.

Está dispuesto a comenzar a tocar comentando:

– El mayor enernigu pa esto, pa estos instrumentos es el usu de les herramientes del campu. Llevo unos días partiendo leña del horru que me tiró el vientu y tarden les manos en calentar.

Toca unas notas y añade:

– Nótome un pocu agarrotáu de day al hachu ; la mano con eso coge más fuerza que destreza. Voy a probar; a lo primeru e cuando estoy peor, luego mejora la gaita a la vez que voy mejorando yo. No creas que soy nada del otru jueves. Pero voy a tocate unes pieces.

Se arranca, primero una jota asturiana , luego el xiringüelu. Me explica:

-Esta a gaita e un pocu rebelde pa sacái el requinte, eses notes tan agudes; rebélase un pocu. A ver como anda.

En este momento se dio cuenta de que le estaba grabando y azorándose un poco me explicó:

-Grabásteme en lo peor pues en la primer pieza equivóqueme una vez por estar fríu.

Continuó con un floreo y acabó con la muñeira asturiana. Sonó estupendamente, aunque me dice que pasando media hora calienta uno y se toca muchísimo mejor.

Le propongo que la Asociación Cultural Amigos de Ribadesella organice una actuación suya en la villa durante el mes de julio, aceptando el ofrecimiento y añadiendo:

-Sí, yo sólo toco la gaita, y a mi manera. Empeñáse unu de Arroes, Villaviciosa, y de ahí vien lo del Urogallo, pero yo sólo toco a mi manera.

Con esta corta entrevista sólo pretendo dar a conocer a todos los amigos de Ribadesella a un gaiteru de categoría reconocida por todos los entendidos y un gran desconocido para la mayoría. Y es que tenemos la costumbre de ensalzar mucho lo de fuera, sin fijarnos y sin dar mérito a todo lo bueno que tenemos en casa.

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